Antes de iniciar es importante tener claro que la invasión de las Catedrales en Europa no fue algo impredecible que surgió de la nada, al contrario; todo surgió como resultado de una serie de causas de diferentes orígenes, entre ellos: el socio económico, político, cultural y religioso.
Este nombre viene del latín y significa silla o trono, de acuerdo a los planteamientos religiosos de los papás la cathedra era la silla honorifica de estas autoridades. Pero la catedral era el lugar donde tenías que estar para ejercer su soberanía.
Nacimiento de las estructuras
A través de los tiempos se empezó con pequeñas iglesias que luego fueron creciendo. Es por ello que, en la actualidad la catedral es considerada como un lugar de culto; donde se citaban y reunían autoridades religiosas con la finalidad de llevar acabo diferentes acuerdos.
Cabe destacar que, algunos pudientes o ricos de esa época solicitaban que sus restos fueron sepultados en dicho lugar. No obstante, las catedrales servían como símbolo de la ciudad.
De atrás hacia adelante
En tiempos anteriores existieron catedrales con el Imperio Carolingio, una de ellas fue Aquisgrán; sin embargo, esta duro muy poco tiempo. A medida que avanzaba en el tiempo, el carácter religioso y toda la cultura se refugiaba en los monasterios; manifestando a su vez transformaciones muy notorias en los cleros. Las autoridades religiosas muchas veces vivían en total aislamiento.
Hay que resaltar que, todo lo religioso busco refugio en los diferentes monasterios donde noche y día servían de centros de clamor y adoración al mismísimo dios.
Con el nacimiento del arte románico empezó la reforma religiosa. Uno de los más importantes indicios de querer lograr algo fuer empezar a construir iglesias. Luego al transcurrir el tiempo se empezaron a edificar las catedrales, pero con un estilo románico; estas fueron gobernadas por monjes.