Si hay que hablar de personajes que realmente hayan trascendido en la historia de Egipto, hay que mencionar específicamente a tres magnas figuras: Marco Antonio, Augusto y en especial, Cleopatra. Una de las mujeres que ha dado mucho de qué hablar a lo largo de los años y que precisamente uno de los momentos más resaltantes de su vida, haya sido su propia muerte.
En sí, Cleopatra represento un interés importante tanto como para los romanos como para los egipcios; esto debido a todos los aconteceres políticos a los que estuvo involucrada en estos dos bandos.
El declive de esta reina y emperatriz de Egipto se hizo presente cuando comenzó la caída de la Batalla de Accio; donde se le pidió a ella como prisionera. Venganza que quería cumplir su más rival enemigo Augusto.
Planes para la emperatriz
¿Su plan? Era exhibir a Cleopatra por las calles de Roma sin pudor alguno. Arrastrándola de tal modo que todo el público pudiera ver el triunfo enorme de que Roma imperaba con todo su poder a la tan mal querida Egipcia.
Sin embargo, lo que no veían venir sus secuaces romanos, es que Cleopatra al verse forzada a ser eternamente esclava; esta decidiera rotundamente elegir la muerte antes de que la tuvieran como objeto de burla.
Las versiones de la historia
Una de las versiones más famosas alrededor de la muerte de Cleopatra, es que esta misma ordenó a sus criadas que le llevaran una cesta con frutas; colocando dentro de ella una tan distinguida áspid. Serpiente cuyo veneno la llevaría a la muerte en agosto de 30 AC.
Otra de los posibles escenarios apuntan a que Cleopatra abusó de las drogas; con el propósito de ponerle punto final a su trágico desenlace. Ciertamente cualquiera de las dos versiones, han sido de referencia icónica de uno de los desenlaces más impactantes para la historia de la humanidad.